ENTREVISTA A ÓSCAR PUENTE EN EL DIARIO DE VALLADOLID – EL MUNDO – 10/07/2022

«Con la llegada de Vox a la Junta hay un gobierno paralizado y a verlas venir. Ni Ciudadanos ha aportado nada a este país ni lo va a aportar Vox, al menos nada bueno»

Faltan diez meses para las elecciones municipales y Óscar Puente afronta esta larga recta final de mandato convencido de sus posibilidades para repetir por tercera vez. Afirma que no es comunista, ni monje al que se le deba pedir voto de pobreza y castidad. Su catecismo, afirma, es la socialdemocracia y predica igualdad y oportunidades para todos. De la coalición PP-Vox en la Junta espera que «no estorben» ya que medidas no toman.

Pregunta. – El único candidato al Ayuntamiento que parece seguro es usted, pero ¿cuándo va a oficializarse su candidatura? 

Respuesta. – No parece, lo soy, aunque alguno sorprendentemente, quiere introducir alguna duda al respecto. Tienen más moral que el Alcoyano.

P.– Alguien apuntó el otro día el nombre de la ministra Reyes Maroto.

R.– Son sus fantasías. Se ve que no tienen ganas de enfrentarse conmigo después de todo.

P.– Pero ¿ya es candidato o tiene que hacerse oficial?

R.– Los procedimientos del PSOE están superdescritos. En el caso de que el alcalde en funciones quiera ser candidato sólo hay una forma para impedírselo: que el 40% de los militantes solicite unas primarias. Soy el secretario provincial, fui el único candidato y dejé de ser secretario provincial previamente tras ser elegido por unanimidad. Formalmente no hay una decisión porque todavía no toca, pero voy a ser el candidato. Si estoy vivo, porque todos estamos de paso, seré el candidato a la alcaldía. Me sabe mal  pronunciarme en estos términos, pero no entiendo que haya el más mínimo resquicio de duda porque lo diga Pilar del Olmo.

P.– ¿Y cree que la candidata del PP será Pilar del Olmo?

R.– Voy a decir lo que siempre he dicho: ni lo sé ni me importa ni me preocupa. Nosotros estamos a lo nuestro, dependemos de nosotros y si hacemos las cosas bien si es Pilar de Olmo como si es quien quiera. Ni ella ni las posibles alternativas son para preocuparse en exceso.

P.– Pilar del Olmo llegó al Ayuntamiento con un talante más dispuesto llegar a acuerdos, alejado de la bronca del mandato anterior, pero en algún momento las cosas cambiaron y desde entonces las relaciones se volvieron tensas. ¿A qué atribuye este cambio?

R.– A su falta de criterio político. Pilar del Olmo actúa al dictado de De Santiago-Juárez. Cuando a De Santiago-Juárez le pareció que la estrategia adecuada era esa la siguió a pies juntillas y cuando a De Santiago-Juárez se le cruzó el cable y pensó que a lo mejor peligraban las posibilidades de ser candidata cambiaron el guion. Ella no tiene criterio y sigue la pauta que le marca  De Santiago-Juárez.

P.– Una encuesta de ámbito nacional de hace escasos días apuntaba que un 8% de los que votaron al PSOE en las anteriores elecciones están dispuesto a votar el PP de Feijóo. ¿No le preocupa esta posibilidad, que puede ser decisiva también aquí?

R.– Será en las generales, pero en Valladolid le aseguro que no son esos los datos. Yo estoy convencido de que vamos a ganar y a volver a gobernar. Lo estoy porque creo en el proyecto que estamos desempeñando en la ciudad, porque la gente, en términos generales, lo está recibiendo bien y porque no hay alternativa. Y no es que no haya una alternativa local, que no se ve, sino porque la que se puede vislumbrar es la que vemos desde hace dos meses en Castilla y León. La alternativa a este equipo de gobierno comprometido con la ciudad  es una especie de dupla al estilo Mañueco-García Gallardo. Si esa es la alternativa, no es para estar preocupado o es para estarlo si pudiera alcanzar la mayoría, pero no lo creo sinceramente.

P.– Dice usted que los datos de la encuesta no son trasladables a Valladolid. ¿Qué datos tiene usted?

R.– Tenemos datos de un alto grado de satisfacción con el trabajo del equipo municipal, de una bajísima valoración de la labor de la oposición, de la que se tiene además un conocimiento muy pobre. Son muy sorprendentes los datos de conocimiento espontáneo la de la representante de la oposición porque son bajísimos, apenas de un 6% de la población. A pesar de que ha estado muchos años en la Junta no acaba de ser conocida y del resto nadie sabe nada de ellos. Vamos a unas elecciones municipales en las que la ciudad de Valladolid decidirá su futuro y el futuro lo encarnamos nosotros, no me cabe ninguna duda.

P.– Pero es posible que, como en elecciones anteriores, los resultados sean muy ajustados y la alcaldía se decida por un concejal. En este escenario, PP y Vox pueden sumar la mayoría. Ahora están a un edil. ¿No ve esta posibilidad?

R.– Muy posible no lo veo, pero no daría nada por sentado en política y eso de que se va a jugar por un concejal… En Andalucía nadie daba la posibilidad de mayoría absoluta para Moreno Bonilla y la ha conseguido. Yo creo que en estos momentos los ciudadanos se amarran a los proyectos en los que ven certidumbre y seguridad. Y si un ciudadano en Valladolid busca seguridad para los próximos cuatro años, busca a alguien que se preocupa por atraer industrias, por innovar en infraestructuras, alguien que no les cuente milongas con el soterramiento y que impulse proyectos realistas tienen donde mirar. Los otros, ¿qué van a hacer? Es que ni se sabe lo que quieren hacer. 

P.– En las próximas elecciones no va a contar con sus aliados actuales. Tanto Saravia, como María Sánchez como Alberto Bustos han dicho que no repetirán. ¿Complica sus aspiraciones de revalidar como alcalde?

R.–Ya veremos, no demos nada por sentado. Yo no lo daría por cerrado.

P.– Los tres han dicho que no estarán porque su formación no permite más de dos mandatos. Son tres concejales claves para usted. 

 R.–Son tres concejales indudablemente importantes, pero nadie es imprescindible, aunque yo si estuviera en el lugar de su formación no prescindiría de ellos, lo tengo muy claro. Pero vamos a ver, hasta las elecciones veremos qué decisión toman.

P.– ¿Va a proponer a alguno de ellos que vaya en su lista?

R.– Primero quiero esperar a que tomen la decisión. Sería una falta de respeto por mi parte y me podrían ver como un cleptómano si manifestara algo. Primero su formación debe despejar el escenario de su candidatura y a partir de ahí ya veremos.

P.– La llegada de la empresa Switch Mobility ¿representa medio billete para que usted gane las elecciones?

R.– Pues hombre, con el corazón en la mano y con un poco de cerebro, la instalación de esta empresa debería ser motivo suficiente para revalidar. Es algo que no ha conseguido nadie desde que se instaló Renault, Iveco o Michelin. Aunque no está muy bien eso de colgarse medallas, el gobierno municipal ha sido decisivo para que se instale no sólo en Valladolid, sino en el término municipal de Valladolid.

P.– ¿Va a estar a pleno funcionamiento en este mandato?

R.– A pleno rendimiento no, ahora están empezando a seleccionar el personal y aunque no se va a poder palpar en toda su dimensión lo que esto supone, se puede atisbar ya en el horizonte muy cercano el empujón que va a significar para Valladolid, sin ninguna duda. Valladolid es hoy el decimosegundo municipio en facturación empresarial de España y con la aportación de Switch Mobiltiy en el año 2030 hablamos de que su plan de negocio prevé una facturación de 3.000 millones de euros. Las empresas de Valladolid tienen ahora una facturación de 15.700 millones, lo que supone un incremento de la facturación empresarial del 20%. Tela, eh¡ No estamos hablando de una iniciativa mediana. Es una gran iniciativa y no será la última. Probablemente habrá alguna fábrica más importante que anunciaremos en los próximos meses.

P.– Pero de la envergadura de Switch?

R.– Puede que mayor. 

P.– ¿Mayor? ¿De qué estamos hablando?

R.– Si hay algo que me ha caracterizado desde que soy alcalde es que no hablo a humo de pajas. Hablé de Amazon y vino Amazon, no con el centro que nosotros queríamos, aunque estamos en ello, pero se instaló y lo hizo en un suelo municipal. Dije que estábamos trabajando en asentamientos industriales importantes y llegaron y digo que puede haber, aunque están por cerrar, no quiero vender antes de tiempo la piel del oso, pero puede haber algún asentamiento industrial del tamaño de Switch.

P.– ¿De qué tipo?

R.– Lo que puedo decir es que estamos trabajando por la incorporación de otras industrias importantes a Valladolid.

P.– Y el tirón electoral que puede tener la llegada de Switch, ¿no puede perderlo por el soterramiento? Hay coincidencia general en que sería la solución mejor para acabar con la barrera del tren.

R.– Al revés. Yo me dirijo a una ciudad y a una ciudadanía que conozco muy bien y creo que el ciudadano de Valladolid está cansado de milongas, de humo y creo que en los ocho años que llevamos nosotros no hemos hecho cosas menores Hemos traído empresas importantes, tenemos en marcha proyectos que sólo en Parquesol suman 20 millones. Estamos haciendo cosas importantes, pero lo que no hacemos de ninguna manera es venderles la moto a los ciudadanos sobre cosas que no se van a poder hacer. Los ciudadanos de Valladolid están cansados de las patrañas en torno a la operación ferroviaria. A quien creo que le va a pasar factura es a quien no demuestra tener más proyecto para Valladolid que una mentira que estiraron durante veinte años. Ya está bien. Los ciudadanos premiarán a quien no pretenden engañarles.

P.– ¿Se ha planteado que pudo hacer algo más para intentar sacar adelante el proyecto?

R.– En mi mano no. No pude tener un escenario más complicado. Me encontré con 400 millones deuda, con un aval ilegal de cien millones que me ataba de pies y manos y con un gobierno de España entonces en manos del PP, lo mismo que la Junta, que no estaban dispuestos a asumir la deuda si no  era a cambio de la renuncia al soterramiento. El otro día un arquitecto muy prominente de Valladolid que estuvo en contacto con la operación dijo que esta se pudo haber hecho en la época de las vacas gordas, pero ahí no se estuvo rápido.  Cuando yo llegué al Ayuntamiento en 2015 el soterramiento estaba muerto y yo lo único que hice fue certificar la defunción y tratar de dar a luz a una solución alternativa que me comprometo a culminar si siguen apoyando a este alcalde y me siguen dado tiempo. Lo otro será la parálisis porque el soterramiento nadie lo va a financiar. Es imposible, inviable y un cuento.

P.– El hecho de que algunos excompañeros suyos, de su partido, promuevan manifestaciones para recuperar el proyecto ¿no puede sembrar la duda en mucha gente sobre la decisión de renunciar al proyecto?

R.– Pero ¿qué manifestaciones? Doscientas personas en la última y ahí estaban consejeros de Vox, concejales del PP y algún concejal de Ciudadanos. Esta es una opción de la derecha y lo que plantea esta gente a la que menciona es hacerle el juego a la derecha de una manera muy grosera. En alguno no me sorprende porque si uno analiza su carrera política se ha pasado la vida haciéndole el juego a la derecha. El PSOE, como todos los partidos, por desgracia tiene algunos infiltrados en sus filas y estos son unos infiltrados de la derecha, puros y duros. No me preocupan porque no tienen ninguna credibilidad, ni sus argumentos ni ellos. 

P.– Si echa la vista atrás, ¿fue un error las vacaciones en el yate con el empresario al que el Ayuntamiento adjudicó un contrato de mascarillas?

R.– Fue un lunes y un martes. Es un tema sobre el que no voy a volver otra vez porque cada uno con su vida privada hace lo que quiere. A ver si resulta ahora que el mar es monopolio de la derecha y la montaña también. La señora Ayuso puede viajar a Nueva York y la misma semana lo hace una ministra del Gobierno, se hacen la foto en el mismo sitio y a una la aplauden y a la otra poco menos que la echan los perros encima. ¡Ya está bien! Si he cometido algún error en mi carrera política espero que se me juzgue por lo que tiene que ver con la gestión, no por lo que hago con mi vida.  

P.– La oposición le reprocha a usted su falta de autocrítica

R.– Quien tiene que hacer la autocrítica es la oposición, porque parece que no tienen mucho que criticarme. ¿Qué critican? ¿Los toldos de la calle Santamaría? ¿Los tiestos para la polinización? ¿Ese el análisis de lo que le falta a la ciudad? Es que yo estoy en otra onda. Yo defiendo un modelo en el que la gestión de los servicios públicos sea pública: el agua, los aparcamientos, la funeraria. Y cuál es la alternativa, ¿qué plantea la oposición? ¿Los toldos de la calle Santamaría?  Jugamos en ligas diferentes. No es que no haga autocrítica, es que, si quien tiene que criticar se centra en las chorradas, con perdón, es que hay poco que criticar.

P.– ¿Considera que estas situaciones, como en su caso el yate, pasan más factura a determinados partidos?

R.– Si hablamos de asuntos privados, parece que algunos tienen derecho a todo y otros tenemos que hacer voto de castidad, de pobreza y aceptar privaciones. En parte, creo que hay una falta de cultura política. Yo no soy comunista, defiendo un libre mercado, pero con reglas. Soy socialdemócrata, defiendo un Estado que intervenga, no que cope todo. No defiendo que se iguale por abajo. A mí los ricos no me estorban, pero quiero que entre todos hagamos lo posible para que haya igualdad de oportunidades y todos podamos vivir mejor. Soy socialdemócrata y nadie me puede decir que tengo que ir por la calle en alpargatas para ser coherente con mis ideas. Yo no estoy defendiendo que vayamos todos en alpargatas, ni defiendo Cuba. Yo me fijo en Dinamarca, en Suecia, en Alemania. Esos son mis referentes y quien piense que un político del PSOE tiene que ir con pantalones raídos por la calle es que no tiene ni idea de lo que es la socialdemocracia. 

P.– ¿Fue un error no haber negociado, consultado el plan de movilidad que los tribunales les han echado para atrás?

R.– La justicia lo que nos ha dicho es que en vez de hacerlo por decreto hay que hacerlo por ordenanza y ya está. Pero vayamos al fondo.  Si en Valladolid el 53% de los desplazamientos son a pie, el 18% en transporte público, un 3% en aparatos de movilidad personal y el resto, poco más de un 30% en vehículo privado, lo que no puede ser es que el 85% del espacio urbano lo acapare el vehículo privado. Hay que equilibrar y además reducir la contaminación. Esto lo hacen todas las ciudades del mundo civilizado, es una tendencia mundial. Nosotros hemos tomado estas medidas con flexibilidad y los casos más conflictivos los hemos ido corrigiendo. Hoy, Valladolid es una de las ciudades con menos congestión del tráfico entre las 400 analizadas en el mundo y las 25 en España. Por tanto, objetivamente estamos en mejores condiciones de movernos de manera sostenible y seguimos teniendo una ciudad en la que se circula razonablemente bien con el vehículo privado.

P.– Pero hay que tener en cuenta las formas y esto se les reprocha a ustedes. Han ampliado de forma importante la que será la Zona de Bajas Emisiones en 2023, pero ¿lo han consultado con comerciantes, hosteleros, colectivos que se verán afectados?

R.– Cuénteme en España un modelo alternativo al que está planteando Valladolid en el que haya habido una participación importante. Vamos a poner que la alternativa al gobierno de izquierda de Valladolid es un ayuntamiento gobernado por el PP, Ciudadanos y Vox como el de Madrid, donde han implantado una zona de bajas emisiones que empieza en la M-30. Es como si yo cojo la VA-20 y todo lo que hay dentro es zona de bajas emisiones. ¿Y con quién han consultado? Es que aquí se reclama participación sólo a unos, pero cuando gobiernan otros hacen lo que quieren, deciden lo que quieren y nadie pone ninguna pega. Nosotros hemos hecho un proceso de exposición pública, hemos hecho un estudio y si apostamos por esa zona de bajas emisiones es porque los informes nos dicen que es la idónea, la que permite una mayor reducción de las emisiones, sin perturbar la circulación. 

P.– Pero ustedes dicen estar en las antípodas del Ayuntamiento de Madrid y una de las cosas de las que presumen es de participación ciudadana. ¿No merecía esta medida mayor consenso?

R.– ¿Y cómo generamos el consenso con quienes se oponen sistemáticamente a todas las medidas que conduzcan a una menor utilización del vehículo privado? Yo lo que no soy es un ingenuo. A mí los ciudadanos me han puesto aquí para que tome decisiones, no para marear la perdiz.  Aquí estamos hablando de que tenemos una oposición que se opone a la zona de bajas emisiones, incluso propone cosas ridículas como que sea de quinientos metros cuadrados, pero que no dice nada de la creada en Madrid desde la M-30. ¿A qué tipo de consenso vamos a llegar? Yo lo que no hago es engañarme a mí mismo. Con el comercio tenemos un diálogo constante, pero a veces tienen argumentos absolutamente contradictorios. Es el comercio el que nos pidió que peatonalizáramos Regalado, pero luego cuando proponemos peatonalizar otras zonas se nos dice que nosotros somos enemigos del coche. ¿Alguien se plantea que los coches vuelvan a pasar por la calle Santiago, incluso por María de Molina? Seguro que no hay nadie que quiera, ni los comerciantes. Lo que estamos haciendo no es ningún experimento, es lo que se hace en toda Europa.

P.– En el balance que presente de cara a las elecciones del pasado año no va a poder ofrecer grandes avances ni en la Ciudad de la Justicia ni el Parque Agroalimentario, dos de los grandes proyectos de ciudad.

R.–Sobre la Ciudad de la Justicia, tenemos las parcelas, hemos hecho ya el ofrecimiento y estamos pendiente de un informe del Ministerio de Hacienda, nada más, para trasladarles el proyecto. En los presupuestos Generales del Estado, ya lo he hablado con la ministra, irá una partida que garantice la financiación completa del proyecto. Y aquí hago autocrítica. Hemos tardado mucho con la Ciudad de la Justicia, un error. Nos hemos dado cuenta de que había la posibilidad de comprar la parcela y nos habríamos ahorrado mucho tiempo, pero ya está.  Respecto del parque agroalimentario, no puedo estar de acuerdo. El parque ha tenido un avance decisivo en este mandato, tal es así que están en licitación las obras de los primeros treinta millones de ese parque. El parque no existiría sin el nodo logístico.   Para que nos hagamos una idea, el nodo logístico de Zaragoza, que visitamos hace poco, tuvo una inversión de 15 millones y hoy es el más importante del norte de España, mientras el de Valladolid tendrá una inversión de 30 millones, el doble. Ya sé que esto al ciudadano de a pie le cuesta visualizarlo, pero esto es lo que hay que hacer para una tierra que pierde oportunidades y de la que se va gente. Valladolid tuvo un alcalde, Tomás Rodríguez Bolaños, que le puso el esqueleto, otro que la vistió y a mí me tocaba darle vida y creo que lo estamos haciendo. Y si nos dan más tiempo vamos a darle un empujón brutal.

P.– Ya se dijo que habría dinero en los presupuestos de este año para la Ciudad de la Justicia y se asignaron 50.000 euros. ¿Esta vez será verdad?

R.–Lo veremos en los próximos presupuestos.

P.– ¿Hay empresas que se hayan interesado ya por instalarse en el parque agroalimentario?

R.– Sí, hay empresas y grandes de distintos sectores de producción, pero vinculados a lo logístico. Concretamente tres muy importantes.

P.– ¿Puede avanzarnos nombres?

R.–No, por discreción, porque tienen que negociar el suelo y no somos los interlocutores exclusivos. 

P.– Supongo que en esta tarea para hacer lo que usted dice necesitarán también de la colaboración del gobierno autónomo, de la Junta. ¿Cuál es su relación con el Ejecutivo formado por el PP y Vox?

R.–Con la llegada de Vox a la Junta lo que notamos es una parálisis absoluta. No hay interlocución. Es un gobierno que no ha asumido que ya no está en funciones y tiene que tomar decisiones. Se ha quemado medio Zamora y ha habido una falta de reflejos para tomar decisiones, porque estábamos fuera de la temporada estrictamente indispensable para dimensionar el dispositivo, que es verdaderamente preocupante. Es un gobierno que está completamente paralizado y a verlas venir. La relación no es mala, tengo buena relación con algunos consejeros, con el presidente no me llevo mal, pero de la Junta lo que más se puede esperar en este momento es que no estorbe. Que ayude, poco, francamente.

P.– ¿Es Vox el que marca el paso?

R.– Lo que está marcando es la agenda pública de declaraciones, porque paso como tal no hay. Qué paso van a marcar si es un gobierno que no anda, que no toma medidas. Vox marca la agenda de declaraciones y para mal, porque las boutades que hemos tenido que escuchar por boca del vicepresidente de la Junta a uno le hacen dudar de que se hayan pensado dos veces a quién ponían allí.

P.– Entonces, la hipersexualización de la sociedad ¿no le convence como teoría para explicar la despoblación?

R.– Hay personas que viven en una burbuja. Los que me conocen saben que soy una persona tolerante, que trato de entender todo y luego hay personas como este señor que parece que viven en otro planeta. ¿A quién se le ocurre decir que el problema de la despoblación en Castilla y León tiene como principal causa la hipersexualización de la sociedad? Hay que estar metido en una burbuja aislada para decir semejante barbaridad. Castilla y León pierde población porque la gente no tiene dónde trabajar y se tiene que marchar. Pero ¿dónde ha estado metido este señor? Realmente este hombre es de Castilla y León, porque lo que me dicen es que vive en Madrid y a lo mejor en Madrid están muy hipersexualizados, pero decir eso en Castilla y León es un insulto que clama al cielo.

P.– Con estas declaraciones, ¿cree que se pone en evidencia el ideario de Vox? Dijo usted que a lo mejor el vicepresidente salía barato.

R.– Ese es el lado positivo, aunque maldita la gracia que tiene, pero es para que la gente se dé cuenta de que esto no va a aportar nada, como no lo ha aportado Ciudadanos. ¿Qué ha aportado Ciudadanos a es te país? No ha aportado nada, como no va a aportar nada Vox, al menos nada bueno. Espero que al menos, el que esta gente salga de la sombra y la veamos todos los días, aunque sea con perplejidad, sirva para que la gente se dé cuenta de que ningún partido político va a hacer ningún milagro y que ese bipartidismo tan horrendo que algunos decían no era tan malo. Claro que había cosas que mejorar, pero no las va a mejorar Vox. Si al menos, este periodo horrible en el que estamos metidos y que nos espera, sirve para que la gente se dé cuenta, a lo mejor nos sale barato tener ahí a este señor sin funciones para que diga una tontería los martes y otra los jueves. Puede ser un dinero bien empleado porque nos servirá de vacuna para que nos demos cuenta de que por ahí no se resuelven los problemas que tiene el sistema. La forma de resolverlos no es apostar por aventureros de estas características, con un discurso más propio de una secta que de un partido.

P.– Auguró usted que junto a las elecciones municipales del próximo año puede haber también elecciones autonómicas. ¿Cree que PP y Vox no completarán la legislatura?

R.– No creo que nadie se crea que van a completar la legislatura, ni los propios partidos que forman el gobierno. Si este hombre (García-Gallardo) para de decir cosas y el que está en industria cuando va a un foro, en lugar de decir que está para combatir el comunismo, dijera que le preocupa un poco la industria de esta tierra… Ha estado a punto de irse Siro y ha tenido que venir la ministra a solucionarlo, mientras este señor, en cada foro que participa, sale con una carpetita de Vox y dice que lo que hay que hacer es combatir el socialcomunismo. Es la banda del disparate. No sé si convocarán con las municipales, pero que este gobierno no tiene futuro y acaba de nacer es evidente.

P.– ¿Mañueco debería salir al paso de estas declaraciones?

R.–Yo no le voy a decir a Mañueco lo que tiene que hacer.  Convocó unas elecciones anticipadas quitándose a un socio que había sido extraordinariamente leal con el pretexto de que aquello era insoportable, pero para ese viaje no hacían falta esas alforjas. Vaya dos mesecitos que lleva. Se va a firmar un acuerdo con la ministra para sostener a Siro y a la misma hora convoca una rueda de prensa su vicepresidente para decir que se va a cargar el Diálogo Social, buque insignia de los gobiernos de Juan Vicente Herrera, los de las mayorías absolutas, no los de las mayorías ramplonas o el de las derrotas electorales. Si con aquella situación convocaba elecciones, con ésta a ver cómo sujeta el gobierno.

P.– Y en este contexto, ¿qué valoración hace de la oposición del PSOE, del señor Tudanca?

R.– Creo que Luis tiene que ser consciente, y así se le trasladó en el comité autonómico, de que hay unas elecciones municipales en el horizonte, que eso es seguro, y tiene que centrarse en eso y le veo bien.  Está haciendo un trabajo de oposición bastante incisivo y lo que tiene que hacer sobre todo es pensar en el partido a nivel municipal.

P.– ¿Tenía que haber dado un paso atrás al perder las elecciones?

R.– Luis esa noche dijo algo que probablemente no tenía que haber dicho porque si lo que hace al final es quedarse no tiene que dar pie a la duda. Si lo que decide es quedarse tiene que estar a tope, comprometido al cien por cien. Tiene el apoyo del partido y de los militantes y el tiempo dirá, pero creo que en este  momento parece que manifiesta  que quiere quedarse y si tiene ganas puede ser perfectamente  útil para el partido.

P.–Además de alcalde, es usted secretario provincial del partido. ¿No le tienta el salto a la política regional?

R.– Soy un político municipalista que tiene un proyecto para Valladolid, en el que cree con pasión.  Me gustaría que la ciudad en la que nací, en la que han nacido mis hijas, les ofrezca un futuro, oportunidades. Este es el proyecto en el que me veo.  No desvelo nada si digo que he podido marcharme, pero es aquí donde quiero estar. En mi horizonte lo que hay son unas elecciones y revalidar mandato.

P.– ¿Tiene un plan b por si pierde las elecciones? ¿Qué va a hacer?

R.– Ninguno. Me he reinventado en mi vida muchas veces y no me afecta tener que reinventarme otra vez. Tengo un olfato político que no me ha fallado nunca y me dice  que habrá una amplia mayoría que apostará por este equipo de gobierno. 

P.– Es usted secretario provincial y asumió como reto recuperar la Diputación, en manos del PP desde hace décadas. ¿Qué le dice su olfato? 

R.– Estamos trabajando muy duro para conseguirlo. y nunca me he rendido antes de tiempo. Vamos a por todas, queremos un muy buen resultado y tenemos que saber dónde tenemos margen para mejorar.  Si mejoramos, ganar la Diputación no es descabellado.

P.– Es usted un entusiasta del Twitter ¿no le parece que abusa de este medio?

R.– Puede ser, no me atrevo a decir que no. Trato de aprender, paso rachas mejores, otras peores, pero soy yo, para bien o para mal. No hay un profesional que publica cosas que no suscitan reacción, ni buenas ni malas. Es mi Twitter y al que le guste fenomenal y al que no pues fenomenal también. Lo que no va a estar nadie es engañado.

P.– El país vive un clima de crispación política. ¿Es responsabilidad exclusiva de la clase política?

R.– Yo, sinceramente, creo que una parte muy importante es de los medios de comunicación. Hay medios que se dedican, sistemáticamente, a crispar, a demonizar, a exagerar, a tergiversar, a mentir. Son incapaces de resaltar nada bueno de la opción que ellos no defienden. Es un bombardeo a los ciudadanos brutal. Y me estoy refiriendo a los medios nacionales. Siempre lo digo, la crispación que se ve en los medios nacionales no se ve en los medios locales y autonómicos.  Es tremendo. Hay un auténtico estado de opinión creado de forma irresponsable por algunos medios de comunicación. 

P.– Un estudio apunta que España está a la cabeza en cuanto a políticos condenados por corrupción. Algo tendrá que ver.

R.– Nos llevaría a una reflexión en la que prefiero no entrar. Los políticos no vienen de Marte ni atraviesan una membrana procedente de otro mundo. Son gente nacida en nuestra sociedad, criados en nuestras familias y en nuestras escuelas, que trabajan en empresas, en la función pública. No son un mundo aparte y a lo mejor hay que preguntarse por qué en unos sitios hay menos políticos corruptos y en otros hay más. La correlación entre el compromiso cívico de una sociedad y el de los políticos es proporcional.