ENTREVISTA A ÓSCAR PUENTE EN EL DIARIO DE VALLADOLID – EL MUNDO – 02/01/2022

«Pase lo que pase en febrero, en 2023 el que ganará las elecciones será Óscar Puente»

No avista riesgos ni rivales en su horizonte político. Lo que sí ve son unas elecciones en Castilla y León que nada se parecerán a las de Madrid. Le sabe bien que el adelanto autonómico le permitan en año y medio medir su valía en solitario. También ve, harto de demoras y retrasos, a Adif y Renfe como dinosaurios y «boicoteadores» de la integración ferroviaria. Va seguro. Hasta sobrado a tenor de sus reflexiones. Puente en estado puro. Puro Óscar Puente.

Pregunta.– Pasamos el ecuador del mandato y nos encontramos, con sorpresa, con unas elecciones autonómicas. Por primera vez no van a ir parejas a unas municipales, ¿en qué le afecta a usted? 

Respuesta.– El sueño de todo alcalde que confía en su gestión es ir a unas elecciones en las que sólo se valore su trabajo. Desde el punto de vista de mis aspiraciones más directas, me viene bien, por qué engañarnos.

P.– ¿Le beneficia a usted que haya unas elecciones después en solitario? 

R.– Sí, a lo mejor hay otros a los que les beneficia ir envueltos en el conjunto, en la marca, etc. Yo creo que al alcalde de Valladolid, a Óscar Puente, le viene bien ir solo a unas elecciones.

P.– ¿Al PSOE le pillan con el paso cambiado estas autonómicas?

R.– No, no. Yo creo que el PSOE es el que tiene la maquinaria mejor engrasada para ir a las elecciones del 13F. Ha terminado todos sus congresos, tiene un liderazgo sólido, incontestable. Un partido unido y preparado. Es una sorpresa relativa, estaba claro que iba a haber una convocatoria anticipada, aunque quizás todos esperábamos a que pasasen las Navidades o, sobre todo ante el surgimiento de la nueva ola, se pospusiera un poco este anuncio. Pero el PSOE lo veía venir y está preparado.

P.– ¿Cómo es posible que todo el mundo supiera desde hace meses que iba a haber elecciones anticipadas y el único que no lo sabía era Ciudadanos, el socio de Gobierno?

R.– Yo he dicho en muchas ocasiones que Ciudadanos se estudiará algún día, probablemente no en las escuelas de política, sino en alguna facultad de psiquiatría. Hay que aplicar otras disciplinas para entender el comportamiento que han tenido sus líderes, desde Albert Rivera hasta Inés Arrimadas, pasando por Paco Igea, para entender sus decisiones. Son decisiones que analizadas desde una óptica política son absolutamente inexplicables. Hay que buscar otro tipo de raíz en las decisiones para llegar a algún tipo de conclusión.

P.– Las encuestas de forma unánime vaticinan una victoria del Partido Popular. Más allá de la victoria, auguran que la bisagra va a ser Vox, con lo cual cierran las puertas a un gobierno del PSOE.

R.– Las encuestas de forma unánime en 2015 le daban al PP un concejal menos de los 15 que necesitaba para tener mayoría absoluta y en todos los casos le daban gobernando con Ciudadanos, y la historia está escrita. Ni sacó mayoría absoluta, ni estuvo cerca, ni siquiera pactando con Ciudadanos sumó lo suficiente como para gobernar. Yo, honestamente, tengo la sensación de que estamos en una situación parecidísima. Hay un tufillo a cambio que el que no lo quiera ver es que no tiene la nariz afinada, y me da que las encuestas van bastante dirigidas o desenfocadas. No veo en este momento al Partido Popular repitiendo ni siquiera el resultado de hace dos años y medio. ¿En qué ha mejorado esta tierra en dos años y medio? ¿Pero qué ha gestionado la comunidad en estos dos años y medio que merezca un refrendo del pueblo de Castilla y León? Quiero recordar que la Junta ha cerrado con déficit todos los ejercicios de su historia, y justo ha ido a cerrar con superávit los dos ejercicios de la pandemia, cuando más necesidad de inversiones había, de ayudas al tejido empresarial, de reforzamiento del sistema sanitario… Estos señores cierran con superávit. 

P.– Lo han hecho todas las comunidades autónomas.

R.– No. Lo han hecho 9 de 17, una de ellas Castilla y León, que siempre ha cerrado con déficit. Yo creo que es un síntoma de cómo está esta tierra, que lleva 34 años en manos de los mismos, y me cuesta entender que en este momento el pueblo de Castilla y León vaya a darle cuatro años más al Partido Popular, por cierto, que en este momento está encabezado por una persona que va a las elecciones a la defensiva, para defenderse de los problemas que se le avecinan, y que convoca actos sin ni siquiera someterse a las preguntas de los periodistas. Esto me parece inaudito en una campaña electoral cuando lo que hay que hacer es mostrar tu proyecto, mostrar confianza, y está agazapado, escondido y quiere que pase esto cuanto antes. Cree que los ciudadanos le van a votar por decreto, porque esto es Castilla y León, porque sí, pero no se da cuenta de que no se puede ir a unas elecciones en esas circunstancias.

P.– Esto mismo también pasó en las elecciones en Madrid y Ayuso emergió de forma contundente y ustedes se dieron un batacazo tremendo.

R.– Ningún parecido. Primero, Madrid no es Castilla y León. Mañueco no es Ayuso, Tudanca no es Gabilondo, ni Igea es Aguado. Esto no es lo mismo. No es el mismo momento político, ni las mismas circunstancias. En Madrid hubo un cúmulo de circunstancias que no se dan en Castilla y León, y es que nosotros estuvimos prácticamente dos años sin hacer oposición en Madrid, desaparecidos. Teníamos un candidato que se postulaba para Defensor del Pueblo y así no se hace oposición. Ayuso estuvo dos años completamente libre, haciendo y deshaciendo sin ninguna oposición, y eso lo hemos pagado muy caro en las urnas. No creo que sea el caso de Castilla y León. Aquí ha habido una actitud completamente distinta y aquí hay un liderazgo distinto, que es una alternativa real al proyecto que tiene el PP para Castilla y León, que, por otro lado, es archiconocido.

P.– Usted ha asumido ahora el riesgo de la secretaría provincial del PSOE, ¿usted será responsable de los resultados en Valladolid?

R.– Los que asumimos responsabilidades normalmente no solemos esquivarlas ni eludirlas. Yo sé que es completamente diferente asumir la secretaría del partido hoy a la vez que lo intenté hace 21 años. Yo entonces tenía mucho que ganar y nada que perder, y ahora tengo mucho que perder, pero también que aportar, y eso es lo único que me ha movido: el poder aportarle a mi partido en este momento todo lo que puedo dar con la experiencia y la posición que en este momento desempeño. Claro que tendré responsabilidad.

P.– Dice que el resultado que sea en Valladolid, sea cual sea, será responsabilidad suya. ¿Y se podrá interpretar ese resultado para las municipales?

R.– Cada uno que lo interprete como quiera. Las interpretaciones son libres. Yo en mayo de 2023 seguro que iré a unas elecciones municipales, si alguno cree que el resultado de febrero va a tener una relación, es libre de interpretarlo. 

P.– Sabe que el PP está esperando ese resultado y augurando, en función de las encuestas, que usted está en la casilla de salida.

R.– Pase lo que pase en febrero del año 2022, en 2023 el que ganará las elecciones será Óscar Puente. Esto lo sabe el PP, lo saben Solos por Soria y Unidos por Palencia. Lo sabe todo el mundo, lo siento por ellos, pero es lo que va a pasar. Ahora ellos tienen claro que la cuestión es si Óscar Puente va a tener mayoría o va a tener que pactar con alguien más. Esa es la discusión. Pase lo que pase en febrero.

P.– ¿Va a necesitar la mayoría absoluta ante la incertidumbre del arco político del pleno y la imposibilidad de pactar?

R.– Yo con Valladolid Toma la Palabra he trabajado muy a gusto y no me importaría en absoluto repetir alianza. Incluso con estos tres concejales, aún teniendo mayoría absoluta y aunque no los necesitara, no creo que les dejara fuera del gobierno.

P.– ¿Estos tres concejales van a repetir?

R.– Esa es la cuestión.

P.– ¿Cómo lo ve? Porque según sus cálculos ellos no pueden seguir. O esto es como el camarote de los hermanos Marx: ‘Tengo unos principios, pero si no le valen tengo otros’.

R.– Todavía no está tomada la decisión, ni siquiera sabemos qué marca va a concurrir a las elecciones en mayo de 2023. No sabemos si la decisión va a ser en función de esa nueva marca o no. Hasta que no esté esa decisión tomada, tengo confianza en que en ese entorno sean conscientes de que perder tres activos como son Manolo, María y Alberto, no es una decisión sensata. 

P.– ¿Que gane el PP el 13 de febrero supone que pierde Sánchez o si gana el PSOE supone que pierde Casado?

R.– Quien ha planteado esta elección, desde mi punto de vista con muy poquito respeto por los castellanos y leoneses y con muy poca confianza en su proyecto, es Mañueco. Mañueco dice que es el escudo antiSánchez. Es algo que me parece asombroso, como si esta tierra necesitase un escudo anti nadie. Quien ha hecho esta apuesta, en parte para consolidar el camino de Casado, es Mañueco. Si el PP pierde en Castilla y León no solo pierde Mañueco, pierde Casado también. Y hay un mensaje muy claro que lanzar a los votantes de la derecha de esta tierra. Esta operación es una operación antiAyuso, Pablo Casado quiere demostrarle a Ayuso que el que gana es él y el que gana es el PP, no ella. Si hay algún miembro del PP, votante, al que no le convence Casado, que sepa que apostando por Mañueco está consolidando a Casado. Y está apostando por Casado en lugar del modelo de Ayuso de cara al futuro. Aunque no lo quieran, lo han dejado de manera muy clara en el subconsciente de los votantes de esta tierra.

P.– ¿Pedro Sánchez se va a implicar en esta campaña? ¿O es mejor que no aparezca?

R.– No lo sé. Pedro Sánchez es el presidente del Gobierno. No conozco a ningún presidente que no quiera implicarse en unas elecciones y no creo que haya ningún presidente que no haya sido, en el balance, un activo para el partido que tiene la presidencia del Gobierno. Entiendo que participará. No llevo la campaña del partido en Castilla y León, pero entiendo que concurrirá. Lo que sí está muy claro es que el partido tiene elementos más que de sobra para pelear este partido con su proyecto y sus propios medios. Son unas elecciones fundamentalmente de Castilla y León y que van a decidir lo que se quiere hacer para los próximos cuatro años. Si se quiere apostar por quienes llevan 34 años gobernando o se quiere dar un giro a las políticas en esta tierra. Esa es la esencia y lo demás son actores secundarios. Pueden tener un rol importante, pero, en todo caso, secundario frente al rol principal que tienen que jugar Luis Tudanca y el PSOE de Castilla y León.

P.– ¿Qué se juega usted en estas elecciones?

R.– Yo, como socialista, como miembro del PSOE, como alcalde de una ciudad que necesita una Junta de Castilla y León que respalde y apoye las políticas de reindustrialización, las políticas contra la despoblación, yo necesito un gobierno progresista. Me juego lo que se juega todo aquel que quiera una tierra diferente, de oportunidades, y no una tierra que languidece y en la que la gente se ve abocada a marcharse, que pierde población, que pierde recursos, que tiene una Sanidad cada vez más debilitada. Me juego lo que se juega el que quiere a esta tierra.

P.–  ¿El que pierda en estas elecciones tendrá que irse para casa?

R.– Yo creo que antes de unas elecciones uno no debe ponerse en esa tesitura. Ya se analizará cómo pierde y, si gana, pues se analizará. No creo que sea este el debate en este momento. Ahora la cuestión es qué le ofrecemos al pueblo de Castilla y León, no qué vamos a hacer después del 13 de febrero.

P.– Tendrá derecho también el ciudadano a saber qué va a hacer uno en función de sus resultados.

R.– Pero esa pregunta no es para mí, es para quien encabeza las listas. Yo no voy en ninguna.

P.– ¿Cree que Tudanca es el mejor candidato?

R.– Sin duda alguna, no tengo la menor duda. El mejor candidato que el PSOE tiene es Luis Tudanca. Ninguna duda. Y al que duda, algunos me señalan a mí: ‘deberías ser tú’, yo les digo, ¿tú te acuerdas cuando yo era candidato a la alcaldía, lo que pensabas y decías? Más o menos parecido. No le acabamos de ver, claro, es que en la oposición uno brilla menos. Ahora, de repente coges el poder y eres Kissinger. Probablemente, ni lo uno ni lo otro. Yo me veo muy reflejado en Luis, creo que Luis está muy preparado para ser el presidente. Esto le llega en su momento y es el mejor candidato que tiene el Partido Socialista, sin ninguna duda. Estoy convencido de que será un gran presidente. 

P.– Hablábamos antes de la no coincidencia de municipales y autonómicas, ¿no cree que no le favorece al PSOE que vayan desajustadas? Lo digo porque por primera vez el PSOE llegará sin el aliento municipal a unas elecciones autonómicas.

R.– Creo que el Partido Popular toma la decisión consciente de que los núcleos más poblados de Castilla y León están gobernados por alcaldes socialistas. De hecho, la única capital de provincia que gobierna el PP en este momento es Salamanca. Con eso juega, es evidente. La movilización que puede propiciar unas municipales de cara a unas autonómicas no le viene bien al Partido Popular, pero también digo que el grado de implicación de los alcaldes es necesario en este momento y, aunque no vayamos a unas municipales, nos toca arremangarnos, mojarnos y bajar a la arena. Y eso es lo que tenemos que hacer por responsabilidad, no escondernos y decir ‘bueno, esto no va con nosotros y es una cosa autonómica y hay que guardar la ropa para el día después’. Yo creo que esa no sería una actitud responsable, creo que los alcaldes en este momento tenemos que dar la cara. 

P.– Eso es lo que piensa usted, alguno por no contaminarse con una derrota como anticipan las encuestas prefiere estar agazapado…

R.– Allá ellos, cada uno tiene su forma de ver las cosas. A mí en su momento me decían esto en las primarias de Pedro con Susana, que por qué te mojas tanto, pues porque va en la forma de ser de cada uno y en el sentido de la responsabilidad que cada uno tenga. Yo la tengo muy clara y creo que es el momento en el que hay que mojarse y hay que tirar de este carro entre todos porque hay una oportunidad de cambio y sería imperdonable que no la aprovecháramos.

P.– Si hablamos ahora de temas municipales, ¿está usted modificando su Plan de Movilidad? ¿Lo está retocando?

R.– El Plan de Movilidad no es una cosa rígida o inamovible. 

P.– Hablo del tercer carril del Paseo Zorrilla que han devuelto. 

R.– El tercer carril del Paseo Zorrilla, tendría que explicarlo, se hizo en contra de mi criterio. Lo de poner los bolardos y cerrar el carril fue una prescripción de los técnicos de movilidad. Decían que, por seguridad, ese tercer carril se enfrentaba demasiado con la mediana del lado contrario y que lo más aconsejable era mantener esos bolardos. Yo dije que a mí no me parecía bien, pero, en todo caso, yo no voy a meterme en criterios 100% técnicos, y más si tienen que ver con la seguridad. Han sido los propios técnicos quienes, después de un tiempo y analizando el comportamiento del tráfico, han decidido, sin ni siquiera consultarme, que debían hacer lo que inicialmente yo dije que era lo más razonable. Muchas veces la gente se piensa que un alcalde toma todas las decisiones, que un alcalde decide todo, pues no. Yo estuve allí con los técnicos sobre el terreno y mi palabra no sirvió de nada. Han sido los técnicos los que han tomado esa decisión. ¿Eso es una rectificación del Plan de Movilidad? No. Es una decisión técnica relacionada con un carril concreto de una vía principal de la ciudad. No tiene nada que ver con el Plan, que es potenciar los tránsitos peatonales, potenciar la bici a través de la creación de un conjunto de carriles interconectados entre sí que permita al ciclista ir con más seguridad e incrementarlo. El Plan de Movilidad es un sistema de alquiler de bicis competitivo, como el que vamos a tener no tardando mucho, y dar prioridad al autobús a través de carriles exclusivos. Esa es la movilidad del siglo XXI. Un carril más o un carril menos no tiene nada que ver.

P.– ¿Los técnicos no podían hacer los experimentos en su casa con gaseosa y no con los ciudadanos nueve meses? Porque a lo mejor en alguna cosa más se han equivocado.

R.– No es un experimento. Ellos entendieron que en el tiempo en el que estuvieron abiertos esos tres carriles enfrentados a esa mediana hubo alguna persona que se dio con el bordillo. Por tanto, era una precaución y con el tiempo han llegado a la conclusión de que se podía perfectamente habilitar ese tercer carril, señalizando el enlace con la mediana del sentido contrario. No es un experimento, en todo caso hay cosas que con las herramientas de las que ellos disponen, que son de simulación, informáticas, ofrecen unos resultados que no coinciden siempre al 100% con la realidad, por eso a veces de la realidad se extraen otras conclusiones y se toman otras decisiones.

P.– ¿Cuándo habla usted de los técnicos, habla del gerente de Auvasa?

R.– No, el gerente de Auvasa no tiene nada que ver con esa decisión. El departamento de movilidad del Ayuntamiento está compuesto por funcionarios de muy larga trayectoria y mucha experiencia, que estaban aquí con Javier León de la Riva y que son los que toman las decisiones en materia de movilidad. El gerente de Auvasa toma decisiones estrictamente relacionadas con el tráfico de autobuses y con el funcionamiento de Auvasa, no tiene ninguna participación en decisiones que no tienen que ver con el transporte público de Valladolid.

P.– Las crisis internas del PP municipal, ¿le hacen sentirse más cómodo en la alcaldía?

R.– Es una comodidad relativa porque estas crisis lo que hacen es que no tienes interlocutor. Dan tumbos. Tan pronto quieren como que no quieren acuerdos. Es una política errática completamente. Y, segundo, si tienen crisis entre ellos y se pelean entre ellos puede tener una cierta gracia. La mayoría de las crisis las resuelven con barbaridades contra mí, la última la de Mussolini. Si están en crisis que se vayan al psicoanalista, pero que no enturbien el ambiente general de la casa. Yo no estoy nada a gusto con esta oposición, lo digo sinceramente, no porque vea peligrar la alcaldía. Todo el mundo dice que no son alternativa y que puedo estar tranquilo y contento, pero más allá de eso hay otras cosas que hay que hacer. Yo estoy aquí para sacar adelante proyectos, y para eso un PP en condiciones sería muy útil. Que pudiéramos entendernos en cosas que van a quedar ahí, van a perdurar con independencia de quién gobierne, y que luego discutamos de otras cosas. No hay un interlocutor, ha sido un desastre en el primer mandato y es un desastre en este. Francamente, para este viaje no hacían falta alforjas, para hacer la oposición que hacía Martínez Bermejo, pero más descompuesta todavía, no hacía falta que le hubieran cambiado. Se supone que venía gente seria, con una trayectoria y un recorrido, pero lo que uno ve es que, desposeídos del manto del poder, son igual de incapaces que el que tenían hace cuatro años.

P.– ¿Usted no cree que Pilar del Olmo sea su contrincante en 2023?

R.– Hubo un tiempo en el que esta cuestión, no digo que me preocupara, pero sí que me interesaba. Ahora mismo y a estas alturas ni me preocupa, ni me interesa. He perdido el interés por saber quién va a ser el candidato del PP, todo lo que se atisba es más de lo mismo. No veo una alternativa que aporte nada diferente, están perdidos y sin proyecto, y todo su proyecto es ir contra mí, desacreditarme. No tienen una propuesta mínimamente decente para la ciudad. Vuelven con el soterramiento…

P.– Los pleitos que le han planteado, con cuestiones como el soterramiento, los túneles, las vacaciones en el yate, que lo han archivado de una forma contundente, imponiendo las costas. ¿Es uno de los grave errores de la oposición porque, lejos de debilitarle, las resoluciones judiciales le han fortalecido?

R.– Tengo una experiencia en la oposición y yo fui al juzgado en varias ocasiones. La verdad es que en ninguna me pegué un tiro en el pie, en ninguna. Plan General, áticos… Todo tenía un cierto sentido. Ir al juzgado por deporte estando en la oposición es malo porque el riesgo para el que va es muy alto. Si pierdes el pleito el que está en el Gobierno se fortalece, y eso me sorprende que lo hagan ellos, cuando internamente sé que han hecho ese diagnóstico. Sin embargo, a pesar del diagnóstico, van. No voy a hablar de la querella del yate que ha sido un monumental desastre y ni siquiera han dado la cara, han ido con una asociación que les ha hecho el trabajo sucio, a pesar de que todo el mundo sabía que estaban detrás. Si les han dado para el pelo a los de la asociación, problema de la asociación. Ellos han salido a defender la historia. Si no tienes nada que ver, desde fuera choca. Tú no vas, pero defiendes la acción que se ha emprendido a través de una asociación… Eso ha sido un desastre, pero lo del paso de Labradores pasará a los anales de la historia de los desastres jurídicos. Ha pasado muy desapercibido, pero desde el punto de vista de los planteamientos es un desastre. Vas a un juicio contra una obra que es positiva para la ciudad, a la que no has puesto nada en vía administrativa, pides la suspensión, te la deniegan, y en lugar de pelearla en vía de recurso hasta el final, te apeas de la historia a la primera de cambio y después desistes del procedimiento. Es un constante tirar la piedra, esconder la mano, meter la pata, sacarla. Es un reflejo de lo que es la oposición del PP en Valladolid, que está completamente desnortada, una oposición basada en un circulito que tiene en Twitter, Paramio, unos cuantos perfiles falsos que están con los hastags de PuenteAtasca… Eso no va a ningún sitio, es un desastre. Decir esto es como darles pistas, no sé si les estoy dando demasiadas pistas y llegarán a alguna conclusión y rectificarán.

P.– Más allá de que la justicia le ha dado la razón y le haya garantizado su honorabilidad, ¿se arrepiente del yate y del Mercedes?

R.– No. Son dos episodios distintos. Yo me fui dos días a Formentera con la niña por una cuestión muy personal con mi amigo. He ido antes de ese día otras veces, antes y después del suministro de los epis. De lo del Mercedes sí que me arrepiento porque ahí yo no anduve fino, yo tenía otros coches, no tenía necesidad y me puse yo solo en el punto de mira. El error es mío, no tiene nada que ver una historia con la otra. En todo caso, ni en una situación ni en la otra, más allá de los chascarrillos y de ese uso irresponsable de las cosas, no hay nada relacionado con mi honorabilidad y con mi gestión de lo público. Quien me conoce y está en esta casa, mis socios, saben que aquí la rectitud es absoluta, no favorecemos a nadie a cambio de nada y lo único que hacemos es trabajar por Valladolid. Una anécdota lamentable, me ayuda y me enseña de cara al futuro de que hay determinadas cosas que no puedo hacer.

P.– El famoso tuit de Mussolini cruzó precisamente todas las líneas por haberlo hecho una organización política de la entidad del PP. Tras ese tuit se lamentó muchísimo de que le estaban poniendo en el foco y que empezaba a haber situaciones de riesgo. ¿Usted ha tenido temor sabiendo la cantidad de descerebrados que puede haber por ahí?

R.– En esto no quiero ahondar mucho más porque yo dije que al PP le honraba reconocer el error y por tanto tengo que obrar en consecuencia. También digo por la pregunta de la seguridad que yo no tengo escolta, no tengo ninguna protección, voy por la calle yo solo. Hasta ahora, más allá de alguna situación en la que alguno dice alguna tontería, yo no he tenido ninguna situación en la que yo haya percibido que corre peligro mi seguridad, pero sí que creo que en una situación como ésta, saliendo de una pandemia, con la gente muy tensa, con algunas personas en las redes que hacen demasiado ejercicio de odio, descalificación, de insulto, etc. El caldo de cultivo está, no quiere decir que se vaya a producir forzosamente, ni que se haya producido, pero si se da el salto cualitativo que a esa caterva de exaltados se le une un partido serio como el PP ya se está dando carta blanca para que se dé un paso más. En ese sentido sí que creo que hay que rebajar el tono porque algún día vamos a tener un disgusto y ojalá no se produzca. A mí no me gustaría tener que recurrir a ir acompañado de policía, cosa que no he hecho hasta ahora y que no quiero hacer.

P.– Esa campaña contra usted, a consecuencia del Mercedes del verano, ¿le ha hecho considerar su presencia en las redes? Lo digo porque viéndolo así, parece que usted se ha hecho más prudente. ¿Le ha hecho más prudente?

R.– Yo no insulto, soy una persona bastante tajante. Tengo las ideas muy claras, paso pocas faltas, pero yo nunca he insultado, ni me dedico a exacerbar. Digo las cosas claras. Si ahora soy menos beligerante, no lo sé, pero no será por eso, será porque no me compensa o no me lleva a ningún sitio. Uno evoluciona, va cumpliendo años y, quieras que no, se nota, los meses caen como losas y uno se va notando diferente. No soy el mismo que hace cinco o diez años. 

P.– ¿Ha afrontado la secretaria provincial por encontrar algún refugio orgánico después de abandonar la ejecutiva federal?

R.– No. De hecho, lo he dicho y no creo que Pedro –Sánchez– tuviera ningún inconveniente en confirmarlo. A mí Pedro me ofreció continuar en la ejecutiva federal y yo le dije que no me veía más en la ejecutiva, lo ha respetado. Yo había sido el portavoz, dejé de ejercer y no me veía en una vocalía o en un área. Soy alcalde, tuve mi momento en la ejecutiva federal, cumplí con la misión que yo me había encomendado a mí mismo, que era empujar en una determinada dirección y en un determinado momento, y eso había pasado y yo no aportaba nada. A partir de ahí a mí me vinieron a buscar. Yo en política siempre he hecho lo que he querido y he hecho lo que a mí me apetecía hacer, nadie me ha venido a buscar. Y en esta ocasión fueron los compañeros los que vinieron a pedirme que asumiera el liderazgo, que Valladolid necesitaba un liderazgo fuerte y entendían, esto fue antes, que la etapa en la ejecutiva federal se había terminado y que lo razonable es que quien tiene la autoridad en Valladolid asumiera el liderazgo de manera formal. Y me costó poco tiempo decidirme, lo reflexioné y entendí que me tocaba. Lo tenía que asumir, lo quise cuando no estaba preparado ni tenía los apoyos y ahora, que quizás no era el momento en el que más me apeteciera, lo reflexioné y dije: me toca. Esto es lo que me toca.

P.– Ha dicho que su reto es la Diputación, ¿le obsesiona?

R.– No, no. Mi única obsesión ha sido ser alcalde de Valladolid. Eso sí que me ha obsesionado. La Diputación no me obsesiona, me gustaría conseguirla porque sería bueno para Valladolid. Hay un ejemplo de un alcalde en el que yo siempre me miro, que es Abel Caballero, somos dos personas muy distintas con dos estilos diferentes, pero lo que está haciendo en Pontevedra es estupendo y tiene un aliado en la Diputación provincial con el que a mí me gustaría contar. Él tiene la Diputación de Pontevedra, gracias a que tiene una mayoría muy amplia en la capital, y está haciendo cosas por la provincia muy interesantes, que se derivan de una sintonía que lamentablemente con la Diputación no existe.

P.– El PSOE en Valladolid es usted fundamentalmente, es el poder de Óscar Puente. ¿En la provincia está peor?

R.– En la provincia está peor de lo que debería porque hay localidades en las que ganamos en las generales y en las municipales nos estrellamos. Eso quiere decir que tenemos que plantear mejores proyectos y en eso estamos. Ese es el trabajo que queremos desarrollar. Hay que unir al partido en la provincia, yo lo veo muy unido, y que yo haya dado el paso ha insuflado ánimo y ha hecho concebir esperanzas. Vamos a intentar avanzar al máximo, conseguir la Diputación y mejorar los resultados en determinados municipios en los que estamos flojos.

P.– Pero la Diputación se va a jugar en Valladolid capital, su alfoz y en Medina del Campo, probablemente. Y en el alfoz están en horas bajísimas y en Medina del Campo, ni le cuento. ¿Eso tiene solución?

R.– Todo tiene solución. No tiene sentido que en localidades como Laguna de Duero ganemos en las generales y no ganemos en las municipales. Pongo ese ejemplo. Claro que tiene y la vamos a intentar poner.

P.– El soterramiento, que ha vuelto a resurgir, lo está intentando reflotar un compañero o excompañero y competidor suyo, que es Cecilio Vadillo. ¿Qué le parece que Vadillo intente reflotar en política con el soterramiento?

R.– Tendría muchas cosas que decir sobre ese tema, pero creo que la mejor manera de responder es decir que no tengo nada que decir ni de Cecilio Vadillo, ni de su plataforma. Nada.

P.– ¿Y el soterramiento no se podría intentar con los fondos europeos?

R.– Vincular el soterramiento a los fondos europeos, como ha hecho Pilar del Olmo, es de cierto analfabetismo político. Los fondos europeos tienen una asignaciones tasadas. Las convocatorias que van a salir no van a contemplar en ningún caso la opción de los soterramientos, no están dentro del catálogo de medidas financiables con cargo a estos fondos. El Ayuntamiento de Valladolid va a poder optar a fondos europeos para planes de movilidad, digitalización, para servicios sociales, para el modelo asistencial, para cuestiones energéticas, como plantas solares para abastecer barrios. Para eso hay fondos europeos y las cuantías no van a llegar en el caso de Valladolid a la enésima parte de lo que sería un soterramiento, por lo tanto que nadie líe a la ciudad ni a los ciudadanos. Los fondos no sirven para financiar soterramientos ni aquí ni en ningún sitio y decir que como va a llegar dinero de Europa ahora se pueden hacer los soterramientos, ya le digo que raya el analfabetismo político. Es verdad que hay dirigentes que creen que el pueblo es analfabeto, políticamente hablando, y se dirigen al pueblo en esos términos, con mensajes dirigidos a esos supuestos analfabetos. Yo no lo creo, tengo mucho respeto a la ciudadanía. Lo que no puedo decirles a los ciudadanos hoy es que se van a financiar soterramientos con fondos europeos porque es mentira, es falso, y es una mentira de trazo muy grueso. Lo que yo le puedo decir a los ciudadanos es lo que vengo diciendo desde que asumí el poder y comprobé el estado de la operación, que no hay recursos para hacerlo y que hay una alternativa que cuando esté desarrollada dejará a esta ciudad bien cosida y organizada, y simplemente hay que desarrollarla. Ser realistas, abandonar las quimeras que no nos llevan a ningún sitio y que nos han tenido paralizados desde hace tres décadas y asumir la realidad, hacer lo que se puede hacer. No estoy a prometer cosas que son imposibles, eso es propio de gente que sabe que no va a gobernar. Si tú sabes que vas a gobernar no haces esas cosas.

P.– ¿Las obras de la integración van a coger ritmo? Es cansino y constante.

R.– Ahí, toda la razón. Yo entendería a una oposición que en lugar de esta con la quimera absurda y el engaño y el tocomocho del soterramiento me dijeran que ‘integración, sí, pero van ustedes muy despacio’. Me parecería una crítica lógica e inteligente, lo otro me parece el engañabobos de siempre. Es cansino, lo primero para mí. Pocas veces me desespero, pero con este tema hay veces que llego a la más absoluta desesperación. Esta semana he tenido una firma con la ministra Raquel Jiménez y aprovechamos para mantener una reunión con ella, postfirma, y solo para abordar un tema, que son los ritmos de la integración ferroviaria. Hay ocasiones, y así se lo trasladé, que siento que Adif no solo es un cooperador en una operación de la que forma parte, sino que da la sensación de que es un boicoteador. Llevamos dos años con el proyecto de Padre Claret porque Adif cada día dice una cosa, cada día presenta una modificación del proyecto que antes no veía, cada vez que tenemos que ocupar un metro de suelo de Adif o de Renfe, mil permisos. Esto es muy complicado. Lo que le dije a la ministra, y no tengo ningún problema en hacerlo público, es que de una vez por todas se crean la operación de Valladolid y si, realmente como nos dicen, es un referente para acabar con el cuento de los soterramientos que está abierto en toda España, hace falta de verdad poner un espejo ante todas esas ciudades y demostrarles que se puede integrar el tren sin necesidad de soterrar, teniendo en cuenta que no se va a poder soterrar en ningún sitio porque no hay dinero, no hay recursos. Les he pedido que de verdad se crean lo que nos dicen, que actúen en consecuencia y que no sea una odisea cada paso y cada decisión que tenemos que tomar. Espero que la ministra tomase nota y espero que traslade hacia abajo esa instrucción porque es una auténtica tortura cada gestión que hacemos con estas entidades. 

P.– Hay un proyecto muy interesante para Valladolid, para Castilla y León, ahora que se ha abierto el AVE a Galicia, que es la famosa U de Olmedo, que va a permitir asumir parte del tráfico que ahora pasa por Madrid. La conexión con el norte y el noroeste, ¿eso como va? Decir que es histórico abrir Pajares 20 años después…

R.– Están con la redacción del proyecto y yo espero que la obra empiece el año que viene o el 2023 como muy tarde. En ese tipo de cosas lo que hago es poner las largas. Me gustaría que se corriera y que estuviera cuanto antes, pero lo fundamental es que esté, no es para hoy ni para dentro de cinco años, es para siempre. Es una transformación en el modelo ferroviario radial que tiene España. Es una de las primeras operaciones que va a evitar que los tráficos pasen necesariamente por Madrid para ir de un punto a otro de la geografía nacional. Es un tema que claramente merece la pena y en el que hay que ser pacientes. Es un tema a largo recorrido y ojalá sea una realidad cuanto antes.

P.– En este momento, con el AVE a Galicia, creo que hay que ser impacientes siendo una obra de no demasiado coste para la importancia que tiene.

R.– Tiene todos los ingredientes. Creo que va a ser una realidad. Me da tranquilidad saber una cosa, y es que la obra es rentable. Lo que trasladan tanto Adif como Renfe es que su coste se absorberá por los beneficios de explotación en muy poco tiempo. Hablan de una amortización de una obra en un plazo de entre tres y cinco años, eso en una obra ferroviaria, amortizarla en tan poco tiempo, es una barbaridad. Está claro que la obra es rentable y para mí es la mayor garantía de que va a salir adelante en el periodo de tiempo más corto posible. Tanto Adif como Renfe están muy interesados en que se desarrolle porque les va a salir muy rentable para los tráficos, para los trenes.

P.– Ha dicho que Adif y Renfe no son de fiar…

R.– No digo que no sean de fiar, lo que digo es que son maquinarias excesivamente pesadas y demasiado lastradas por la burocracia. Mi queja es que en una operación como la de la integración ferroviaria de Valladolid no sean capaces de dejar un poco la burocracia a un lado, que no haya que pedir un permiso para cada cosa que se va a hacer. Tenemos unos talleres de Renfe ahora mismo que están vacíos en el centro para asentar parte de la obra que estamos haciendo en el paso de Labradores. Hemos tenido que solicitar permisos, esperar, si está vacío, vamos a avanzar, que no hay manera de darle agilidad al proceso y a la obra. 

P.– Hay temas que pintan bien, la instalación de la empresa de autobuses que completa ese pool del motor en Valladolid. Posiblemente será ese potencial automovilístico de este país de cara al futuro junto con Iveco, Michelin, Lingotes Especiales. Sabemos que viene eso, ¿qué sabemos de Renault y del Plan Industrial; la pandemia ha desconfigurado todo?

R.– De Renault, más allá de la coyuntura con el tema de los microprocesadores, las noticias que me llegan son muy buenas. Un buen plan industrial para el futuro, más modelos… Y me fío plenamente porque hasta ahora la palabra de José Vicente de los Mozos ha sido palabra de ley. El futuro que se nos presenta para Renault a cinco o diez años vista es muy bueno.

P.– ¿Sigue viva la opción de que Nissan, que forma parte de la alianza, fabrique aquí en Castilla y León?

R.– No puedo desvelar eso. Sé lo que va a pasar, pero no puedo desvelarlo porque sería una imprudencia por mi parte desvelar una información que me llega de una manera tan confidencial. Sí digo, con carácter general, que el futuro de las plantas, tanto de Valladolid como de Villamuriel, es muy bueno. Lejos de perder producción van a acaparar más producción y, por tanto, son plantas que van a tener de momento en lo que se refiere al futuro inmediato una perspectiva muy muy buena. Más allá de eso, el futuro del automóvil es una incógnita y es un sector tremendamente cambiante. Esto tiene una explicación muy clara, las plantas de Valladolid y de Palencia, por un cúmulo de circunstancias, son muy interesantes: son plantas rentables porque hay una relación coste-eficacia-productividad muy buena, hay un ecosistema de proveedores en el entorno que se ha desarrollado muy bien y que es fruto del esfuerzo de mucha gente y ha habido un señor llamado José Vicente de los Mozos que se ha cuidado mucho de propiciar las circunstancias para que todo esto confluyera y eso nos hace albergar esperanzas ciertas de que estamos en muy buena situación en un momento de crisis, de cambio, del sector muy importante.